El minifundismo en armonía
22/07/2021Vendimia 2021 en Viña Meín – Emilio Rojo
06/09/2021Aquí no verás líneos de viñedo que se extienden hasta el horizonte. Aquí cada parcela convive con la del vecino. Con distintas formas de entender el clima, el suelo y la variedad. Con distintas formas de cuidar el paisaje.
En cualquier paseo por Lugar de Meín sin darse cuenta uno se para a pensar. De fondo suena la naturaleza. Esa coexistencia entre bosque y viñedo deja una música compuesta por la vida –pájaros, insectos- y la fuente de vida –las reservas de agua de lluvia que bajan hacia el río.
Meín en la historia
En ese paseo entre las cepas se entiende todo. El por qué esta zona fue una de las más prestigiosas del mundo hace siglos; por qué las variedades locales han permanecido hasta nuestros días; y cómo la gente de aquí no es que sepan de vinos: es que saben de viñedos.
La finca de Meín es naturaleza y paisaje. Una línea de horizonte completamente imperfecta es la que nos cubre de los primeros rayos de la mañana. Una orientación hacia poniente es la que nos ilumina las tardes hasta el ocaso.
Ya en el siglo XII la parcela de Meín fue cultivada como viñedo por los primeros monjes que repoblaron el interior gallego. La magia o la fortuna que hizo que estos empezaran a poner vides aquí se respiran a cada paso. Sus resultados hicieron que, intermitentemente, Meín haya tenido viñedo hasta hoy en día. Y, como trascendieron ellos o todas las generaciones de viticultores posteriores, nuestro objetivo es recuperar este legado para que este viñedo vuelva a embarcarse hacia los mejores lugares del mundo.