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El Penedo de Meín en Viña Meín
Hay pocos elementos más singulares y únicos que la geología sobre la que caminas. El paisaje de tu entorno no son solo los colores, sino también las formas: la línea del horizonte que descubre el amanecer y el corte del cielo que te deja el ocaso. Hace millones de años se formaron los suelos. Y con ellos, los penedos que nos rodean. Entre todos ellos destaca, para nosotros, el nuestro: el penedo de Meín.
En Meín, la roca que acompaña la casa es parte de la parcela. El penedo es un símbolo de la viña y de la bodega. En muchos puntos de la geografía de nuestro entorno estas voluminosas rocas se han eliminado en esa búsqueda de la comodidad que tantas generaciones han pretendido. Pero Meín ha respetado e integrado siempre el penedo en la bodega.
El penedo junto a la bodega de Meín
En el siglo XII los monjes del Monasterio de San Clodio roturaron las tierras de Meín. Desde entonces, el cultivo del viñedo de esta ladera ha estado ligado a muchas vidas y una piedra. El Casal de Meín, surge de pequeñas casas donde luego surge una casa de trabajo. En 1988 Viña Meín comenzó su andadura con este penedo como parte integrante de las instalaciones y como símbolo.
Hoy en día, la renovación de las instalaciones ha buscado mantener el protagonismo del penedo desde el exterior de la bodega y aumentar su presencia en el interior, como elemento transversal al paisaje, la viña y la elaboración. Tanto desde la zona de depósitos, como desde las prensas, el granito emerge en el fondo como algo más que una simple pared.
Además, en lo más alto, el penedo ha sido siempre mirador sobre el que observar la parcela de Meín, su horizonte, el bosque que lo corona y la viña en los anfiteatros mirando hacia la piedra.
El penedo de Meín es solo una muestra del afloramiento del granito en Ribeiro. Las cepas rodean las piedras y dejan un posado distinto para cada parcela. Y la magia que estas esconden es parte de nuestro pasado. Las formas que la erosión ha desarrollado sobre los penedos les han convertido en una representación de la identidad y la cultura del lugar. Cada penedo con su historia. Cada historia con su aldea.
