Ribeiros del futuro con la vista en el pasado

Soñamos y construimos el mañana. Nuestro viñedo dice que este es el sitio correcto. Nuestros bancales nos exigen que exprimamos al máximo su carácter. El paisaje de Meín es icónico. Y Emilio Rojo ha trabajado su parcela para que la palabra perfección describiera una viña.

Ahora es cuando, dos años después de comenzar con el proyecto conjunto Viña Meín – Emilio Rojo, presentamos nuestro nuevo concepto. Elaborar es plasmar el paisaje. Con viña, viña y viña conseguimos y conseguiremos el equilibrio y la franqueza de cada vino.

En este dulce momento avanzamos un paso más: O Gran Meín Castes Brancas 2019, O Gran Meín Tinto 2019 y la nueva añada de Emilio Rojo ven la luz esta primavera.

Cada paso que damos pretende dejar una huella invisible que en el futuro llamaremos legado. Pero solo con la vista en el pasado podremos caminar hacia el futuro.

O Gran Meín Castes Brancas 2019 es nuestra interpretación de este maravilloso jardín de variedades, de viñedos y parcelas. Junto a la mayoritaria treixadura, las cepas, entremezcladas o separadas por bancales, de torrontés, albariño, godello, caíño blanco, loureira y lado configuran su expresión. Un vino con una capacidad de guarda tan larga como la de los grandes vinos del mundo.

O Gran Meín Tinto 2019 es un viaje por el valle del Avia y sus variedades tintas. Las tradicionales brancellao y caíño longo se unen a una garnacha tintorera presente en las parcelas más especiales en la zona más abrupta del recorrido del río. O Gran Meín Tinto es el carácter del clima de esta zona: perfil atlántico con una esencia especial de las oscilaciones térmicas del interior.

Emilio Rojo 2018 es una añada muy especial para nosotros. La primera que sacamos conjuntamente con Emilio. La primera en la que decidimos, juntos, que con más tiempo en botella la expresión de esta parcela se eleva hasta sensaciones únicas.

Es el momento de presentar nuestro proyecto. Desde que empezamos con Viña Meín – Emilio Rojo apostamos por viticultura. Del pasado de nuestra zona y su época vinícola dorada nos queda latente un conocimiento extremo de cómo actuar. De cómo conseguir de cada viña su expresión más pura y más real. Y eso hay que recuperarlo. Junto a ello, este clima atlántico con influencia de interior, nuestros suelos de sábrego o granito descompuesto o el conocimiento aportado por el minifundismo marcan nuestro carácter.