Dos pequeñas parcelas plantadas en bancales, Osebe y Ribeira, son el origen de Viña Meín Tinto 2018. Apenas una hectárea y media que se elevan paralelas al río Avia y que son fuente de una materia prima excepcional.
En su elaboración se encuentran dos de las variedades ancestrales de Ribeiro: caíño longo en un 75% y brancellao que suma un 25%. Un especial microclima de influencia atlántica pero con la particularidad de una gran oscilación térmica durante la primavera y el verano, definen el temperamento del vino.